Aquí en la Tierra, nos hemos acostumbrado a sacar un teléfono inteligente y poder hablar, enviar mensajes de texto o enviar y recibir fotografías y videos desde prácticamente cualquier lugar de la superficie del planeta. Además, dependemos cada vez más de aprovechar la enorme y creciente cantidad de información en Internet para guiarnos, ya sea que estemos tratando de hacer una investigación científica o de encontrar la ruta más rápida para una cita.
Pero el tipo de acceso instantáneo y ancho de banda al que estamos acostumbrados aún no existe en el espacio. Las enormes distancias del espacio, por un lado, crean grandes tiempos de retraso para las comunicaciones electrónicas, y las señales tienen que llegar desde la superficie de otro planeta de regreso a la Tierra a través de un guantelete de radiación espacial que degrada su claridad. Para hacerlo aún más difícil, los propios planetas están continuamente en movimiento y pueden llegar a posiciones en las que su masa, o la del sol, puede bloquear una señal.
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Si imagina que es un astronauta que ha sido enviado para establecer una colonia en Marte, cuya distancia de la Tierra varía entre 56 y 226 millones de kilómetros (35 y 140 millones de millas), esos obstáculos para la comunicación podrían ser un problema abrumador. [source: Space.com]. Si intenta hablar o enviar un mensaje de texto al control de la misión en la Tierra utilizando la tecnología actual, hay un retraso de entre tres y 21 minutos. Eso podría dificultar bastante la conversación. E imagina que ves algo realmente increíble y quieres mostrárselo. Es posible que pueda transmitir laboriosamente una foto fija, pero olvídese de transmitir una imagen de video en vivo desde la superficie marciana; La NASA admite que eso no es posible con el nivel de artilugios que tenemos ahora [source: NASA]. E incluso con una actualización reciente, los rovers robóticos en Marte solo han podido alcanzar una tasa de transmisión de datos de aproximadamente 256 kilobits por segundo. [source: Bridges]Eso sería rápido en la Tierra, es decir, en la Tierra de mediados de la década de 1990, cuando la gente todavía usaba conexiones telefónicas. Ejecutar aplicaciones en la nube o leer detenidamente los mapas de alta resolución de Google de Marte en busca de direcciones estaría prácticamente fuera de discusión.
Las dificultades se magnificarían alucinantemente si te aventuraras más allá de Plutón y te atrevieras a intentar llegar a un planeta similar a la Tierra en un sistema solar vecino. Es por eso que los científicos se han devanado los sesos durante décadas, tratando de encontrar formas de acercarse y tocar a alguien, como solían decir los viejos anuncios de las compañías telefónicas, a través de la sobrecogedora extensión del cosmos. Aquí hay 10 de las ideas que se les han ocurrido a lo largo de los años.