Impresión artística de una rosquilla de polvo y gas que rodea un agujero negro supermasivo activo NASA/JPL-Caltech
Algunas galaxias contienen agujeros negros supermasivos que son comedores voraces, consumen gas, polvo y cualquier otra cosa que se acerque demasiado, incluida la luz. En su frenesí de alimentación, estos gigantes generan mucha energía en los núcleos de sus galaxias anfitrionas, deslumbrando al cosmos con una poderosa radiación. En comparación, el agujero negro supermasivo central de nuestra galaxia, Sagitario A*, es un gatito dormido.
Estos corazones galácticos palpitantes se conocen como «núcleos galácticos activos» o AGN y, en una nueva investigación publicada en línea en la revista Nature el 27 de septiembre, un grupo internacional de investigadores ha puesto patas arriba una teoría fundamental (la teoría unificada) que los astrónomos pensaban caracterizó estos AGN. La investigación podría ayudarnos a comprender mejor cómo evolucionaron entre sí las galaxias y los agujeros negros supermasivos.
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