¿Por qué nos enfermamos?

Existen numerosas dolencias que pueden afectar al cuerpo humano, desde mareos hasta resfriados y cáncer. Los primeros médicos pensaron que la enfermedad y la enfermedad eran un signo de la ira de Dios o la obra de los malos espíritus. Hipócrates y Galeno propusieron el concepto de humorismo, teoría que sostenía que nos enfermamos por desequilibrios de las cuatro sustancias básicas dentro del cuerpo humano, que ellos identificaban como sangre, flema, bilis negra y bilis amarilla. Paracelso, un médico de la era del Renacimiento, fue uno de los primeros en postular que la enfermedad proviene de fuentes externas, en lugar de internas.

Hoy sabemos que hay dos tipos principales de enfermedades: infecciosas y no infecciosas. Las enfermedades infecciosas son causadas por patógenos como bacterias, virus, hongos y parásitos. Estos patógenos pueden ingresar al cuerpo a través del aire que respiramos, los alimentos y bebidas que consumimos oa través de aberturas en la piel, como cortes. Como ejemplo, piense en una persona que tiene un resfriado. Esa persona puede toser en su mano y luego tocar el pomo de una puerta, colocando así el virus del resfriado en ese pomo de la puerta. El virus puede morir en el pomo de la puerta, pero también es posible que la próxima persona que toque el pomo de la puerta lo recoja. Si esa persona luego toca la comida con la mano sucia y la consume, el virus ahora está dentro del cuerpo.

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No todos los patógenos que ingresan al cuerpo resultan en enfermedades: nuestros cuerpos vienen equipados con sistemas inmunológicos para combatir agentes extraños. Sin embargo, los patógenos tienen la capacidad de adaptarse y evolucionar mucho más rápido que el sistema inmunológico, lo que significa que a veces los patógenos tienen la ventaja cuando se trata de engañar a las defensas del cuerpo. Una forma en que los patógenos evaden el sistema inmunitario es escondiéndose dentro de las células sanas del cuerpo. Además, algunas personas tienen sistemas inmunológicos debilitados que les dificultan resistir los efectos de un patógeno invasor.

Las enfermedades no infecciosas no son causadas por patógenos y no se pueden transmitir de persona a persona. Es más probable que estas enfermedades sean causadas por una confluencia de factores que incluyen el medio ambiente, las elecciones de estilo de vida de una persona y la genética. Por ejemplo, el cáncer de piel suele ser el resultado de personas que pasan demasiado tiempo bajo el sol sin protección contra los rayos UV del sol, lo que se considera un factor ambiental. Una condición como la enfermedad cardíaca puede ser causada por un estilo de vida sedentario y una dieta deficiente, o puede ser causada por antecedentes familiares de la enfermedad. Aunque es posible que no podamos cambiar nuestro código genético, hay muchas cosas que los humanos pueden hacer para prevenir enfermedades no infecciosas. En particular, podemos optar por comer saludablemente y hacer ejercicio. También podemos reducir nuestra exposición a factores de riesgo evitables, como el humo del cigarrillo.

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