A menudo escuchamos sobre el «efecto invernadero» en el contexto negativo del calentamiento global: es por eso que los glaciares se están derritiendo y los patrones climáticos están experimentando cambios peligrosos. Pero el efecto invernadero en realidad no es algo malo en sí mismo, es una parte crucial y positiva del equilibrio energético de la Tierra. Es lo que permite que la Tierra se mantenga lo suficientemente caliente para que la vida sobreviva. Sin él, la Tierra se sentiría como Marte.
El proceso recibe su nombre de los invernaderos que se mantienen agradables y cálidos para el cultivo de plantas. Este es básicamente el mismo proceso que mantiene la Tierra agradable y cálida para sustentar la vida. Un ejemplo del efecto invernadero que la mayoría de nosotros experimentamos en la vida cotidiana es el calentamiento del interior de un automóvil cuando se deja expuesto al sol.
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Probablemente haya notado que su automóvil siempre está mucho más caliente en el interior que en el exterior si ha estado sentado allí por un tiempo. Los rayos del sol entran por las ventanillas de tu coche. Parte del calor del sol es absorbido por los asientos, el tablero y las alfombras y tapetes. Cuando esos objetos liberan este calor, no todo sale por las ventanas. Parte se refleja de vuelta: el calor irradiado por los asientos tiene una longitud de onda diferente a la luz del sol que atravesó las ventanas en primer lugar, y el vidrio de la ventana no deja pasar tanta longitud de onda. Así que entra cierta cantidad de energía y sale menos energía. El resultado es un aumento gradual de la temperatura dentro de su automóvil.
El efecto invernadero de la Tierra mantiene al planeta mucho más cálido que el espacio circundante. En este artículo, descubriremos cómo sucede eso y veremos qué implica mantener el equilibrio energético de la Tierra. También veremos qué ha sucedido para desequilibrar ese equilibrio.
Usando el ejemplo del automóvil bajo el sol, podemos ver la atmósfera de la Tierra como una ventana de automóvil esférica gigante.
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