Una vez que el planeta se caliente 2 grados centígrados (3,6 grados Fahrenheit) más, lo que se prevé para 2035, los científicos prevén una serie de efectos catastróficos, desde inundaciones generalizadas en las zonas costeras hasta olas de calor abrasador y tormentas extremas. El mono carmesí/Getty Images
Ahora es el momento de actuar, al menos en lo que respecta al cambio climático. Si los principales gobiernos del mundo no promulgan medidas que limiten el calentamiento global, puede ser imposible detener su progreso, según un estudio publicado el 30 de agosto de 2018 en la revista Earth System Dynamics.
El estudio, dirigido por científicos del Reino Unido y los Países Bajos, afirma que en 2035 cruzaremos un punto sin retorno, después del cual será muy poco probable que podamos evitar que la temperatura de la Tierra aumente 2 grados centígrados (3,6 grados Fahrenheit). y dando inicio a una peligrosa mezcla de desastres globales.
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«El concepto de ‘punto de no retorno’ tiene la ventaja de contener información de tiempo, que consideramos muy útil para informar el debate sobre la urgencia de tomar medidas climáticas», Matthias Aengenheyster, investigador doctoral en la Universidad de Oxford y autor principal del estudio, dijo en un comunicado.
La marca de 2 grados Celsius es crítica para el bienestar de la Tierra. Una vez que el planeta se caliente 2 grados centígrados adicionales, los científicos predicen una serie de efectos catastróficos, desde inundaciones generalizadas en las zonas costeras hasta olas de calor abrasador y tormentas extremas.
Un área importante que podría frenar el movimiento hacia un punto sin retorno en 2035 es la transición de los combustibles fósiles a las fuentes de energía renovable. Pero incluso esto requerirá un progreso notable. Los científicos han calculado que la proporción de energías renovables en todo el mundo debe crecer al menos un 2 por ciento cada año para frenar la marcha hacia el cambio climático. El dos por ciento anual puede no parecer mucho, pero en los 20 años previos a 2017, el porcentaje de energía procedente de fuentes renovables creció un mísero total del 3,6 por ciento.
Sin embargo, hay esperanza. Si el uso de energía renovable superara el modelo de los científicos, digamos en un 5 por ciento anual, la fecha límite del cambio climático podría retrasarse al menos una década, señalan los investigadores. Asimismo, el desarrollo de tecnología para eliminar el dióxido de carbono y otros gases de la atmósfera podría ayudar a frenar el cambio climático. Estos gases alteran la atmósfera de la Tierra y le permiten atrapar más calor del sol y hacer que aumenten las temperaturas.
«Esperamos que ‘tener una fecha límite’ pueda estimular el sentido de urgencia para actuar por parte de los políticos y los encargados de formular políticas», dijo en un comunicado Henk Dijkstra, profesor de la Universidad de Utrecht en los Países Bajos y uno de los autores del estudio. «Queda muy poco tiempo».
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