En un campo de refugiados de Darfur en Chad, miles de mujeres han aprendido una forma completamente nueva de cocinar. En lugar de depender de los fuegos de leña habituales, las familias comen comidas cocinadas a la luz del sol. La cocina solar podría estar salvando sus vidas.
Más de 17.000 personas viven en el campo de refugiados de Iridimi en el oeste de Chad. Chad se encuentra justo al este de Sudán, junto a la región de Darfur, donde la guerra civil ha obligado a millones de personas a abandonar sus hogares. En 2003, se desató el infierno en Darfur cuando las fuerzas gubernamentales reprimieron a los rebeldes de Darfur que buscaban un cambio social para mejorar la vida de los sudaneses africanos negros. Lo que siguió fue un conflicto extraordinariamente violento, con fuerzas gubernamentales y árabes Janjaweed milicias que luchan contra los rebeldes no árabes y masacran a civiles. A partir de 2008, al menos 200.000 personas han sido asesinadas y 2,5 millones de personas han sido desplazadas. [source: Polgreen]. Cientos de miles de ellos viven en campamentos temporales en Chad.
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En el campamento de Iridimi, como en muchos otros campamentos, los ocupantes son en su mayoría mujeres y niños, ya que un gran número de hombres de Darfur han sido asesinados. Las mujeres tienen la tarea de cuidar de sus propias familias y de los huérfanos, y eso significa alimentar a todos los que están bajo su cuidado con suministros distribuidos por organizaciones de ayuda. Cada mes, el Programa Mundial de Alimentos entrega a cada familia alimentos y leña para un mes. La comida suele durar el mes. La leña no.
Según personas involucradas activamente en los trabajos del campamento de Iridimi, la leña dura menos de una semana. Las mujeres y las niñas tienen que recoger más leña para poder preparar la comida, pero en el campamento apenas hay vegetación. A medida que pasa el tiempo, tienen que aventurarse más y más lejos del campamento para encontrar leña. Esto los deja expuestos a la violencia. Las mujeres y las niñas son violadas, golpeadas y asesinadas de manera rutinaria no solo por Janjaweed pero también por los locales de Chad temerosos de que los refugiados de Darfur vayan a agotar todos sus escasos recursos.
En 2006, las organizaciones sin fines de lucro Jewish Watch International, KoZon Foundation y Solar Cookers International lanzaron con éxito un programa para llevar cocinas solares a los refugiados de Darfur, comenzando con el campamento de Iridimi. La idea es ayudar a mantener a las mujeres y las niñas un poco más seguras frente a la violencia al reducir su necesidad de leña.
En este artículo, descubriremos de qué se trata la cocina solar y qué tipo de beneficios aporta a los refugiados. Resulta que hace incluso más que aumentar la seguridad.
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